A las 19 en punto de este miércoles la Redacción de LA GACETA se encendió para una actividad nueva. Los periodistas que con sus teclados y pantallas producen las noticias de cada día dejaron paso a un auditorio conformado por estudiantes, docentes, lectores curiosos y ciudadanos, que se sentaron en los puestos de trabajo para participar de la primera charla del ciclo “Detrás de la noticia”.
En el ámbito de la celebración de sus 113 años de historia, el diario se abrió a la comunidad para compartir cómo funciona el detrás de escena de la información. Y lo hizo por medio de cuatro periodistas de la casa: José Nazaro, Gabriela Baigorrí, Matías Auad y Pablo Hamada. Con el título “Vivir conectados: información, fake news e IA”, los expositores reflexionaron sobre los dilemas del periodismo en la era del clic, de los algoritmos y de los chatbots.
El inicio del ciclo
Nazaro dio la bienvenida. Repasó la evolución de LA GACETA: del papel a la web, de la web a las redes sociales y de ahí a LG Play, el streaming que transmite seis horas de noticias cada mañana. Recordó que LA GACETA es el tercer diario más vendido del país y se ubica en el puesto 12 entre los medios más leídos de la Argentina, con la meta de entrar al top 10. También subrayó que el compromiso de la compañía es estar siempre cerca de la comunidad. “Las expectativas están puestas en los jóvenes”, dijo mirando a los estudiantes que colmaban la Redacción.
Las expectativas son acciones concretas. Desde 2024, LA GACETA ofrece una suscripción anual gratuita a estudiantes de entre 18 y 30 años de las cuatro universidades de la provincia. La iniciativa busca que los jóvenes accedan a información de calidad entre muchos otros beneficios y se sientan parte del debate público democrático.
El periodismo frente a los algoritmos
Con ejemplos, Matías Auad, periodista de un móvil de LG Play, explicó cómo los algoritmos determinan qué ven los usuarios en Instagram, Tik Tok o X, muchas veces sin que sepan por qué. “Hoy no consumimos noticias en un orden jerarquizado como ocurría con la portada de un diario. El feed de redes mezcla una foto de tu amigo, un video de tu ex y, tal vez, una noticia. Lo que se impone no es la relevancia sino el tiempo de pantalla que le dedicamos a cada publicación”, detalló.
Auad señaló que nunca en la historia se produjo tanto contenido como ahora, pero que esa abundancia no garantiza calidad. “Un dato mal presentado pierde alcance. Una noticia sin un buen título o una placa atractiva se pierde en el océano de información. Y eso nos obliga a los periodistas a adaptarnos todo el tiempo”, advirtió.
Fake news, democracia y responsabilidad
Gabriela Baigorrí, periodista política y conductora de LG Play, llevó la conversación hacia las noticias falsas y su impacto en la democracia. Contó el caso de Geraldine Fernández, la joven colombiana que inventó haber participado en una película de Studio Ghibli y fue replicada por medios de todo el continente. “Las fake news siempre existieron, pero las redes sociales multiplicaron su alcance. Hoy cualquiera puede difundir información manipulada con la intención de generar impacto emocional: miedo, indignación o sorpresa. Y eso las hace aún más virales”, explicó.
Baigorrí remarcó que el periodismo tiene un rol central como freno de la desinformación. Para ello debe chequear datos, poner contexto y no ceder a la tentación de la inmediatez sin verificación. “La verdad puede ser costosa, pero es nuestra responsabilidad sostenerla”, aseguró.
Tecnología e inteligencia artificial
El cierre estuvo a cargo de Pablo Hamada, quien narró cómo LA GACETA ya trabaja con herramientas tecnológicas propias y alianzas con organizaciones internacionales. Desde proyectos de inteligencia artificial hasta experimentos con podcasts y nuevos formatos digitales, su mensaje fue claro: la innovación sólo tiene sentido si se traduce en mejor periodismo.
“No se trata de deslumbrarse con la tecnología, sino de usarla para crear valor para la comunidad. Y nuestra obligación es hacerlo con responsabilidad editorial”, dijo Hamada. También compartió un ejemplo concreto: un robot de IA entrenado únicamente con contenidos publicados por LA GACETA que respondió preguntas de los lectores durante la suspensión de las fiestas electrónicas en Tucumán. “La clave es que la IA no trabaje sola, sino con la supervisión humana”, destacó.
Un diálogo con la audiencia
La charla no fue un monólogo: hubo preguntas del público que enriquecieron el debate. ¿Cómo combatir las fake news creadas con inteligencia artificial? ¿Qué significa para un medio estar presente todos los días en redes sociales?
En medio de esas consultas, surgió la gran pregunta: "¿desaparecerá el diario en papel?". La sala quedó en silencio cuando tomó la palabra José Nazaro. “El papel siempre fue el símbolo del periodismo en la comunidad”, definió. Recordó que, durante décadas, la edición impresa tuvo un valor único frente a la radio o la televisión: más tiempo para procesar la información, para investigarla y redactarla con calma. Pero el presente es distinto. La limitación física del papel: con una primera plana, un número de páginas acotado, choca con un mundo donde la información se transforma en cuestión de horas. “Lo que sabemos a las seis de la mañana puede ser completamente diferente a las seis de la tarde. El papel no puede seguir ese ritmo”, dijo.
Nazaro también mencionó un cambio cultural evidente: todos los asistentes tenían un celular sobre la mesa y allí mismo reciben un universo de noticias casi infinito. “El papel se encamina a desaparecer no porque alguien decida matarlo, sino porque la sociedad cambió sus hábitos”, meditó.
Para Nazaro, sin embargo, esto no significa el final del diario impreso, sino una oportunidad inédita: “quizás quede como un producto dominical, para quien todavía disfrute el contacto con las páginas, como pasa con los libros que aún llenan las librerías. Pero lo que realmente se expande es la posibilidad de llegar a millones de personas con una investigación o una historia que importe”.
Gesto de cercanía
Después de más de dos horas de debate, la primera charla de “Detrás de la noticia” dejó la sensación de que la Redacción no solo produce noticias: también construye comunidad.
En una coyuntura donde la información circula a una velocidad inédita, y donde abundan las dudas sobre qué es verdadero y qué es falso, abrir las puertas de un medio con más de un siglo de historia es un gesto potente en pos de la cercanía y la generación de confianza. Porque, como repitieron los periodistas durante la jornada, el desafío no es sólo informar, sino también acompañar a los ciudadanos a pensar críticamente la información que consumen cada día.